El hombre percibe a través de los sentidos. Puede verse, oírse, tocarse, olerse y gustarse. Utiliza tus sentidos físicos y goza de ellos porque para eso estás aquí. Pero no son la realidad completa. Tu corazón sabe, experimenta y cree; porque lo que tú crees… es.
El tacto no capta formas sutiles, los ojos físicos perciben sólo una parte física de la realidad, los oídos tampoco oyen la canción del Universo; como tampoco puede tu boca saborear los alimentos de los ángeles, ni puedes oler la fragancia de una verdad superior. Comienza a aflojar las cadenas de la limitación física.
Ser humano es un privilegio, un honor. Pero debes ser consciente de que tú no estás limitado a las experiencias corpóreas. También puedes experimentar el Universo, la totalidad, la unidad. Y todo ello es posible con tu identidad física. Cuando lo integres y lo entiendas como una realidad total, tu conciencia se expandirá y todo entrará a formar parte de tu Ser.
En esta dimensión, los bosques han desaparecido y los que quedan están en peligro de extinción. Aprendemos porque la vida nos proporciona la ley de causa y efecto a esta nuestra realidad. Aprender requiere experimentar la polaridad de la acción. Puedes darte cuenta de tu conciencia superior y sondear zonas más elevadas de verdad y realidad. Podrías volar sobre los bosques y alimentar tu corazón, puesto que son más reales que la ilusión que les niega una realidad física.
Tú has nacido para ser creador. Un Dios de poder olvidado. Te sientes como la hoja de un árbol que piensas que no te pertenece, cuando en realidad eres la totalidad del árbol. Tratas de desarrollar lo que ya está desarrollado, descubrir lo que ya está descubierto y tratar de dar forma a todo lo que ya posees. Quieres apoyarte en tus ilusiones en lugar de creer en ellas con más facilidad, y así solo desarrollarás tu debilidad en lugar de tu fuerza.
En la sencillez del gozo y del disfrute de todo cuanto te rodea, hallarás tu fuerza y el sendero hacia tu libertad y tu verdad
